Chertsey, 2 de Mayo de 2010,  en la capilla del Santuario de

María Reina de los Corazones

 

(Después de haber recitado el rosario)


Entonces, Mamá María ha dicho: Hijos míos, los felicito. Se han comportado como yo  me lo esperaba. Hijos míos, permítanme de hablarles así. ¡Cuántos hijos me ven como una Madre que se tiene muy alto! A mí me gusta inclinarme hacia ustedes, me gusta visitarlos, me gusta responder a sus llamados. Una madre espera siempre ver a sus hijos a su alrededor.

Los he llamado y ustedes han venido. Algunos de ustedes han tomado el vehículo, otros han  caminado. He encontrado el tiempo, hijos míos, un poco largo, porque han hablado tanto en viniendo que no pude escuchar su corazón decir las ‘Avemarías’.


¡Ah, mis hijos! Permítanme, que yo que soy su Mamá, los corrija. Les había pedido de venir acá, a la montaña, para  dejar en este lugar  de amor su petición, una petición  especial para que yo pueda concederles una gracia muy especial. Pues bien, yo la he acordado, hijos míos. Les he concedido  una gracia especial, y esta gracia, hijos míos, es la piedad.


¡Ah mis hijos de amor! ¿quieren decirme un ‘Avemaría’, la que tanto me hubiera gustado escuchar en sus corazones cuando han subido a la montaña ?  Díganmela juntos.

Todos : Dios te salve María…

Gracias, hijitos de amor.

Yo también he obedecido a mi Dios. Siempre he estado atenta a escucharlo para ser siempre digna de lo que el Cielo me pidió: ser la Madre del Divino Niño.

Cada día en la tierra fue para mí de actos de gracia. Cada día fue para mí de palabras de gracia. Cada día  fue de actos de escuchas de gracia, de acciones de gracia. Y cuánto mi corazón se llenó de amor para con mi Dios que me concedió tantos favores.

Alabo al Señor de haberlos escogido. Hijos míos, ustedes van a bajar la montaña y la van a bajar acompañados de un ángel, y este ángel, hijos míos, es el regalo que quiero concederles.  Cada quien va a bajar con este ángel. Él estará al lado de ustedes por los tiempos que vienen. Y porque ustedes me han entregado todos mis hijos, la Madre de Dios les dice gracias. Es a mí de cuidarlos por medio de su sí.

Es bueno, hijos míos, de vivir juntos. Recen con su ángel de la guarda, rueguen con el ángel que acaban de recibir por el Cielo, el rosario todas las noches y traten de ser fieles al horario*  Yo seré puntual. Los quiero, hijos míos. Cántenme un canto.

♪♪♪     ….

Ella dice: Vayan hacia mi Hijo, allí, en donde presenta su Corazón para depositar estos pequeños sí: los de mis hijos.

Tomo los sí de mis hijos que llevan ustedes en sus corazones. Que Dios Todopoderosos los bendiga. Amén.

(Al regreso, bajando la montaña)

Jesús : Cada vez que dejan a su Mamá abrir su corazón, ella los prepara para la Gran Purificación. Estos tres días que van a vivir estarán iluminados por las gracias en el interior de ustedes. Al exterior no habrá más que maldad, temblores, miedos, porque los diablos  no  podrán penetrar la luz. Por eso es que los hijos de Dios están preparando sus corazones para vivir estos instantes de amor.

¿Creen, hijitos, que el Cielo quiere  hacerles vivir estos tres días de oscuridad  sin que ustedes estén en la luz? Ustedes estarán en la luz y los demonios estarán rabiosos en el exterior, imposible de hacer entrar su veneno.


Entonces, no tengan miedo, su voluntad humana será bajada de su trono. Habrá solamente el amor en sus corazones. El ángel que han recibido viene del Cielo. Este ángel, hijos míos, es especial, él tiene las alas de la fuerza de Dios.  Entonces, tengan confianza, pasarán allí en donde otros tendrán la dificultad a pasar. No olviden la oración. La oración es una fuerza, un arma. Ella los conserva en el amor. Los amo. ¿Aman ustedes a Dios?

Todos : ¡Sí!

Ustedes pudieron  pronunciar estas palabras  con la fuerza de Dios, porque, hijos de amor, ¿saben cuántos demonios  han tratado de impedirles de pronunciar el ‘yo amo a Dios’?’ Entonces, fue necesario, hijos míos, coraje, porque yo oí de ustedes:   da, da, da. Este tambor, hijos míos, fue el corazón de ustedes, y cuando su corazón batía por obediencia a Dios, el corazón de ustedes comenzaba a comprender el amor. Hay mucha fuerza en el amor, hijos míos, ¡hay mucha fuerza!


¿Saben cómo se llama su ángel?

Todos : ¡No!

Él se llama :  A por Anunciación.  M por María, O por Hosanna, R por Reina. Mis hijos de amor: Amor. Ustedes han recibido el ángel del amor. Hay mucha fuerza  en el amor. Estos ángeles, mis hijos, son luminosos.  Tienen  una gran belleza que les será necesario la fuerza para verlos. Un día, ustedes los verán y contemplarán  a Dios  a través de su belleza, porque es el amor de Dios que se refleja en ellos y es para ustedes.


Amores, amores, los amo.

♪♪♪         Sí te amo, Señor

 

* El rosario es recitado todas las noches del mes de Mayo a las 19 horas y 30 minutos en el Santuario de María Reina de los Corazones, en Chertsey.

 

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Mensaje dado por Jesús a todos los hijos de Dios
 

Recen, recen, la oración es gracia. Las gracias van a ayudar a los hijos de Haití, ellos tienen tanta necesidad de sus hermanos y hermanas. Sean buenos entre ustedes, ayúdense, el Cielo les da las gracias. Sigan los pasos de todos los que han venido a la tierra antes que ustedes. No den la espalda a los que gritan que tienen necesidad de ayuda. Dios les concede las gracias necesarias para responderles. Dios se los pide: "Ocúpense de los necesitados, ellos están con ustedes en la tierra".

 
 


Mensaje a leer sobre Haití :

14-01-2010

Si la gracia nos ha sido dada para que podamos rezar, hay que cumplirla, hay que cumplirla como Dios lo quiere. Hay que ser verdaderos en lo que somos. Ser verdadero en lo que somos, es creer que Dios es capaz de ayudar a todos sus hijos. Los hijos que conocen el sufrimiento en este momento, y hemos rezado por los hijos de Haití, ellos están en nosotros, como nosotros estamos en ellos. Si guardamos nuestra paz, ellos tendrán comida, porque las gracias del Señor, son gracias que sustentan, que alimentan, que reconfortan, que protegen. Son gracias que todos los hijos tienen necesidad. Lo que recibimos de Dios, lo compartimos con ellos. Compartimos con los hijos que han conocido ese terremoto, que conocen ese terremoto y que aún van a conocer más por los días que siguen ese terremoto, y esto durará muchos meses.


Los años avanzarán con lo que Dios les dará. La Voluntad de Dios Padre, no la conocemos, pero está llena de amor. Si hay sufrimiento en la tierra, es a causa de las elecciones hechas por los hijos de Dios ante los tentadores, pero Dios siempre ha estado presente. Él nos ayuda a comportarnos bien entre hermanos y hermanas, no obstante que los tentadores han hecho todo por perjudicar a cada uno de nosotros sirviéndose de todo lo que hay a nuestro alrededor.


El sufrimiento, es algo que nos hace entrar en la fuerza, en el amor, en la unidad. En este mismo momento, hay mucha unidad en toda la tierra. No es que Dios haya provocado este acontecimiento, este acontecimiento ha sido provocado por todos aquellos que han dicho sí a los tentadores. Es como una gota que envenena el mar, ésta contamina a otra, y a otra, y a otra, tanto que el mar está contaminado. Dios no envenena su creación. Somos nosotros que envenenamos lo que hay a nuestro alrededor.

Lo que vivimos, es la consecuencia de nuestra falta de fe hacia el amor que somos ante Dios; entonces, debemos conservarnos amor, debemos mantenernos fuertes, debemos mantenernos en la confianza que Dios actúa. Es por las gracias que estamos vivos en la tierra, y es por las gracias que ellos van a recibir la fuerza de pasar a través de todo eso. Y para nosotros, nuestro deber, es ayudarles.

En primer lugar, conservando nuestra paz, alimentando nuestra alegría, guardando nuestra fuerza que es el amor, para poderles ayudar. Las gracias son necesarias para que podamos abrir nuestra bolsa. No demos solamente lo que nos sobra, no demos lo que no nos es necesario, demos más que eso: demos una parte de nuestra vida. El dinero que les haremos llegar no es más que una gota en el mar.

Las gracias que Dios quiere darles, es lo que debemos de hacer: rezar, rezar, rezar, para que nuestra fe sea activa. Lo que sentimos en este momento, es la alegría, porque sabemos que Dios en este mismo momento actúa, que el Corazón de María está arrullando los corazones que tienen miedo, que no tienen fe hacia Dios. Entonces, seamos verdaderos en lo que somos, y Dios hará todo. Amén.
 

 

Oración recibida para Haití

20-01-2010

Las palabras que voy a pronunciar, es una oración, y juntos vamos a rezarla.

Padre Todopoderoso, tú nos has dado la vida y nos has enseñado a devolvértela. Juntos rezamos por todos los hijos del mundo y especialmente por tus hijos de Haití, nuestros hermanos, nuestras hermanas, que han sabido mostrarte su amor. Ellos se han prosternado ante tu Voluntad, no han mostrado su cólera al mundo entero, sino tu amor que depositaste en ellos.

Todas las gracias, Señor, han hecho llover en el corazón de todos tus hijos del mundo entero, que han asistido a su dolor, gracias de amor. Ellas nos han nutrido, Oh Padre Eterno, porque tú les diste un tiempo de amor y este amor ha reanimado nuestros corazones.

El mundo entero es testigo de su amor por ti, Padre Eterno. Por tu Hijo, nos muestras cómo amarnos entre hermanos y hermanas. Tú nos recuerdas siempre tu Presencia en nuestras vidas no obstante nuestras malas elecciones ante los tentadores que sacuden la tierra violentamente, que quieren hacernos perecer, que quieren llevarnos a las entrañas para probar el fuego eterno. Pero tú, tú vigilas, tú vigilas a cada uno de nosotros. Tú nos das la fuerza para siempre gritar hacia ti: para no dejarnos caer en las tentaciones, para librarnos del mal. Es así que se cumple tu oración.

Hemos visto en estos días cómo actúan nuestras oraciones, y juntos es que vamos a continuar a amarnos, a compartir las gracias, a compartir lo que tenemos para alimentarnos, para vestirnos.

Sí, Padre, como has sabido alimentar tu tierra, vamos a tomar lo que viene de la tierra y lo vamos a compartir, nos vamos a conducir como hijos dignos de ser llamados tus hijos. Que esta oración que viene de nuestro corazón te sea presentada por tus ángeles. Que la Madre de Dios Hijo nos enseñe siempre a ser obedientes ante tu Voluntad, que se haga tu Voluntad. Amén.
 

 

Novena tomada del internet y muy poco modificada por el Espíritu de Dios
que habita en nosotros.
 


Novena al Divino Niño Jesús
 

 

 

Él reinará muy pronto

En los corazones de  todos los hijos
Del sí al Amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Divino Niño Jesús, nuestro Rey de Amor, nuestro Dios todopoderoso, tú tienes  todo en tus manos. Tú deseas tu reino: “Ven a reinar en nuestros corazones, te queremos sólo a ti”. Perdona nuestras malas decisiones, nadie puede resistir a tu amor misericordioso. Tú  has creado el cielo y la tierra y todo lo que se encuentra en ellos. Dios de nuestros padres, ¿quién puede afrontar tu Majestad? Tú eres el Señor de todas las cosas. Divina Majestad, ten piedad de nosotros, porque los espíritus impuros quieren nuestra pérdida, y son muchas sus tentaciones que nos acosan. Tú que has dicho: “Pidan y recibirán, porque el que pide poco recibirá poco.” Y también: “Todo lo que pedirán a mi Padre, en mi Nombre, les será concedido. Pidan con fe, porque mi Padre escucha sus oraciones. Él perdona sus pecados y aleja de ustedes los castigos: consecuencias de sus decisiones”. Haz, Señor, que nuestras lágrimas sean cambiadas en alegría, para que viviendo en esta tierra podamos alabar  sin cesar tu Santo Nombre y, después de esta vida, continuemos sin cesar a alabarte eternamente en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

Señor Jesús, tú has dicho: “Todo lo que quieran pedirme, pídanlo por los méritos de mi Infancia, pues todo será concedido a los que así me invoquen”. Por los méritos y las virtudes de tu Infancia, vengo a invocarte y a pedirte con fe, Divino Niño Jesús, Rey de Amor, por todos tus hijos. Te amo tanto, tú lo sabes, pero quisiera amarte aún más, hasta morir. Ven a mí, Niño Jesús, ven a mi corazón, permíteme adorarte. Dulce Pastor de mi alma, contigo, no me falta nada, porque tú me conduces a las fuentes tranquilas en donde rehago mis fuerzas. Sírvete de mis fuerzas que tú regeneras sin cesar. En la Divina Voluntad, aleja de todos tus hijos las tentaciones, pues mis rechazos a las tentaciones serán sus rechazos, eres tú que lo harás. Te lo suplicamos, Niño Jesús, haz todo por nosotros. A lo largo de tu infancia, guardaste en tu corazón el amor de tu Padre del Cielo y de tu tierna Mamá María. Tú nunca olvidaste de rezar por José, tu padre putativo, y tu futura Iglesia. Siempre, tú nos conduces por el buen camino, y cuando andamos en los senderos oscuros, tú estás cerca de nosotros; por tu báculo, estamos protegidos, y siempre tu bondad  y tu misericordia acompañan nuestra vida. Dulce Niño Jesús, querido Niño de nuestra alma, nosotros somos tuyos totalmente, nuestra alma es tuya.  Puesto que tú nos has redimido en la cruz con el precio de tu Sangre, te reconocemos como nuestro único Salvador, nuestro Redentor, nuestro Amigo, nuestro Hermano, nuestro Rey y nuestro Creador. Cura nuestro amor herido y, un día, te lo mostraremos intacto de toda imperfección. Danos tu santa bendición, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, María, José, bendigan nuestros hogares.

Jesús, María, José, sálvanos.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Primera reflexión: Jesús cambia el agua en vino en Caná (San Juan 2)

Segunda reflexión: Jesús cura a un sordo mudo (San Marcos 7: 31-37)

Tercera reflexión: Jesús desea la conversión de los pecadores (San Lucas 15: 1-10)

Cuarta reflexión: Jesús es nuestro pastor (San Juan 10: 11-16)

Quinta reflexión: Jesús cura a un ciego (San Lucas 18: 31-43)

Sexta reflexión: Jesús se transfiguró en la gloria (San Mateo 17: 1-13)

Séptima reflexión: Jesús multiplica los panes (San Juan 6: 1-15)

Octava reflexión: Jesús nos da un ejemplo de humildad y de caridad en la Última Cena (San Juan 13: 1-17)

Novena Reflexión: Jesús resucitado se manifiesta a sus discípulos (San Juan 20: 19-29).
 

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