María Reina de los Corazones
(Después de haber recitado el rosario)
Tomo los sí de mis hijos que llevan ustedes en sus corazones. Que Dios Todopoderosos los bendiga. Amén.
(Al regreso, bajando la montaña)
* El rosario es recitado todas las noches del mes de Mayo a las 19 horas y 30 minutos en el Santuario de María Reina de los Corazones, en Chertsey. |
Recen, recen, la oración es gracia. Las gracias van a ayudar a los
hijos de Haití, ellos tienen tanta necesidad de sus hermanos y
hermanas. Sean buenos entre ustedes, ayúdense, el Cielo les da las
gracias. Sigan los pasos de todos los que han venido a la tierra
antes que ustedes. No den la espalda a los que gritan que tienen
necesidad de ayuda. Dios les concede las gracias necesarias para
responderles. Dios se los pide: "Ocúpense de los necesitados, ellos
están con ustedes en la tierra". |
14-01-2010
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Oración recibida para Haití
20-01-2010 |
Novena tomada del internet y muy poco modificada por el Espíritu de Dios
que habita en nosotros.
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Él reinará muy pronto
En los corazones de todos los hijos En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Divino Niño Jesús, nuestro Rey de Amor, nuestro Dios todopoderoso, tú tienes todo en tus manos. Tú deseas tu reino: “Ven a reinar en nuestros corazones, te queremos sólo a ti”. Perdona nuestras malas decisiones, nadie puede resistir a tu amor misericordioso. Tú has creado el cielo y la tierra y todo lo que se encuentra en ellos. Dios de nuestros padres, ¿quién puede afrontar tu Majestad? Tú eres el Señor de todas las cosas. Divina Majestad, ten piedad de nosotros, porque los espíritus impuros quieren nuestra pérdida, y son muchas sus tentaciones que nos acosan. Tú que has dicho: “Pidan y recibirán, porque el que pide poco recibirá poco.” Y también: “Todo lo que pedirán a mi Padre, en mi Nombre, les será concedido. Pidan con fe, porque mi Padre escucha sus oraciones. Él perdona sus pecados y aleja de ustedes los castigos: consecuencias de sus decisiones”. Haz, Señor, que nuestras lágrimas sean cambiadas en alegría, para que viviendo en esta tierra podamos alabar sin cesar tu Santo Nombre y, después de esta vida, continuemos sin cesar a alabarte eternamente en el Cielo. Amén. Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre. Señor Jesús, tú has dicho: “Todo lo que quieran pedirme, pídanlo por los méritos de mi Infancia, pues todo será concedido a los que así me invoquen”. Por los méritos y las virtudes de tu Infancia, vengo a invocarte y a pedirte con fe, Divino Niño Jesús, Rey de Amor, por todos tus hijos. Te amo tanto, tú lo sabes, pero quisiera amarte aún más, hasta morir. Ven a mí, Niño Jesús, ven a mi corazón, permíteme adorarte. Dulce Pastor de mi alma, contigo, no me falta nada, porque tú me conduces a las fuentes tranquilas en donde rehago mis fuerzas. Sírvete de mis fuerzas que tú regeneras sin cesar. En la Divina Voluntad, aleja de todos tus hijos las tentaciones, pues mis rechazos a las tentaciones serán sus rechazos, eres tú que lo harás. Te lo suplicamos, Niño Jesús, haz todo por nosotros. A lo largo de tu infancia, guardaste en tu corazón el amor de tu Padre del Cielo y de tu tierna Mamá María. Tú nunca olvidaste de rezar por José, tu padre putativo, y tu futura Iglesia. Siempre, tú nos conduces por el buen camino, y cuando andamos en los senderos oscuros, tú estás cerca de nosotros; por tu báculo, estamos protegidos, y siempre tu bondad y tu misericordia acompañan nuestra vida. Dulce Niño Jesús, querido Niño de nuestra alma, nosotros somos tuyos totalmente, nuestra alma es tuya. Puesto que tú nos has redimido en la cruz con el precio de tu Sangre, te reconocemos como nuestro único Salvador, nuestro Redentor, nuestro Amigo, nuestro Hermano, nuestro Rey y nuestro Creador. Cura nuestro amor herido y, un día, te lo mostraremos intacto de toda imperfección. Danos tu santa bendición, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Jesús, María, José, bendigan nuestros hogares. Jesús, María, José, sálvanos. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Primera reflexión: Jesús cambia el agua en vino en Caná (San Juan 2) Segunda reflexión: Jesús cura a un sordo mudo (San Marcos 7: 31-37) Tercera reflexión: Jesús desea la conversión de los pecadores (San Lucas 15: 1-10) Cuarta reflexión: Jesús es nuestro pastor (San Juan 10: 11-16) Quinta reflexión: Jesús cura a un ciego (San Lucas 18: 31-43) Sexta reflexión: Jesús se transfiguró en la gloria (San Mateo 17: 1-13) Séptima reflexión: Jesús multiplica los panes (San Juan 6: 1-15) Octava reflexión: Jesús nos da un ejemplo de humildad y de caridad en la Última Cena (San Juan 13: 1-17)
Novena Reflexión: Jesús resucitado se manifiesta a sus discípulos
(San Juan 20: 19-29). |